El mal de las axilas negras (alis nigro en latín) es una enfermedad profusamente extendida en el mundo entero desde la más remota antigüedad.
Durante la Edad Media se acostumbraba a echar a la hoguera a las personas que eran vistas con axilas negras creyéndolas poseídas por el Demonio. Ésta era la razón por la que mucha gente cubría sus axilas tanto en invierno como en verano para evitar ser descubiertas, práctica que con toda seguridad fue la causa de las pestes que asolaron a la humanidad durante ese período.
Ya en la Edad Moderna, algunos médicos comenzaron a tratar esta dolencia con los métodos conocidos en el momento (cataplasmas, ventosas, sangrías, aplicación de sanguijuelas, electroterapia, etc.). Según se sabe, algunas personas experimentaron una leve remisión en la negrura de sus axilas, pero ciertamente fue mucha más la gente que murió.
A comienzos del siglo XX se empezó a aplicar la hipnosis, y más tarde el psicoanálisis, con el fin de mitigar las axilas negras. Los pacientes así tratados no experimentaron ningún cambio en el aspecto de sus axilas, pero lograron convivir con ello perfectamente.
Actualmente, son cada vez más las personas que consultan a diario sobre cómo quitarse esa horrible coloración pardibruna que sombrea sus axilas. Los tratamientos disponibles van desde la aplicación láser hasta la cirugía y desde la homeopatía hasta las flores de bach. Los hay más caros y más baratos, más inocuos y más agresivos. Pero el que vamos a tratar hoy aquí es sin duda el preferido de nuestros lectores.
Para ello vamos a necesitar los siguientes elementos: 25 gr. de almidón de maíz, 25 gr. de lanolina, 25 gr. de vaselina y 25 gr. de óxido de zinc.
Una vez obtenidos los ingredientes, el proceso es el siguiente:
1- Se pone a calentar al baño maría la lanolina y el aceite de almendras, removiendo bien para que se vaya disolviendo la mezcla.
2- En el líquido que se haya formado añadimos el almidón de maíz y el óxido de zinc con mucho cuidado.
3- Hay que mezclar bien con una cuchara o similar hasta obtener una pasta bien espesa.
4- Una vez que se haya enfriado, se aplica en las axilas sobre la zona afectada, esperando unos minutos sin bajar los brazos hasta que seque bien.
Es muy posible que, dependiendo de la piel de cada persona, el resultado obtenido sea incluso más blanco que el deseado. En ese caso se recomienda agregar a la mezcla un colorante permitido hasta lograr la coloración deseada.
Antes Después
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